He decidido cambiar de domicilio, pero… ¿dónde me sentiré mejor, en una casa unifamiliar o en una comunidad de vecinos? ¿Cuál puede llegar a ser la más adecuada para nuestra familia? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos en el momento de comprar o alquilar nuestra vivienda.

No descubrimos ningún secreto si decimos que vivir en un edificio rodeado de vecinos no es algo sencillo, sobre todo si tienes la mala suerte de encontrar a algún propietario o inquilino que te hace la vida imposible. Ruidos de todas clases como la música alta, las reuniones de amigos día sí y día también, gritos, obras, tráfico,… pueden hacer de tu hogar un lugar que acabas aborreciendo. ¿Y qué decir de las insufribles reuniones de vecinos? ¡Afortunadamente, solo tenemos que pasar por ese trance una vez al año! De todas formas, por muy mal que te sientas en tu edificio, existen infinidad de ventajas que hacen que, al sopesarlas, muchas veces acabes por decantarte a vivir entre personas que nada tienen en común contigo.

 

 

La primera, y posiblemente la más importante para casi todos, es compartir los gastos comunes con el vecindario. Cuando la totalidad de los propietarios contribuyen económicamente al mantenimiento del edificio, se hace más sencillo contar con servicios que de otra manera sería complicado poder llegar a tener: construcción y cuidado de una piscina, reparaciones que deben ir haciéndose a fachadas, tejados o desagües, adecuar los edificios para hacerlos accesibles, gastos de mantenimiento de un ascensor, la instalación de uno nuevo, la modernización de nuestro antiguo elevador,… Es evidente que existen propietarios de viviendas unifamiliares que instalan todo este tipo de cosas en su propiedad, pero la realidad es que, a pesar de que cada vez hay más facilidades en nuestro sector para financiar un home lift, su uso no está todo lo extendido que debiera.

La seguridad de sentirnos arropados por nuestros vecinos si nos ocurre algún día algo, es también muy importante a la hora de escoger este tipo de vivienda. No es lo mismo irte de vacaciones y dejar tu casa sola durante tanto tiempo si vives en una urbanización en las afueras de una ciudad, que si estás viviendo en un lugar donde sabes que siempre hay alguien en tu rellano, que puede pedir ayuda si oye cualquier ruido o movimiento extraño en el edificio.

 

 

¿Qué me decís de las relaciones de amistad que se entablan en las comunidades de vecinos? A pesar que la sociedad se encierra cada vez más en sí misma, y en ocasiones incomprensiblemente tenemos más aprecio por personas que viven a cientos de kilómetros, desatendiendo a los que conviven a diario con nosotros, es bastante frecuente coincidir con los mismos vecinos que salen o entran en el edificio cuando llegamos de trabajar, cuando acompañamos a nuestros hijos al colegio o cuando vamos a hacer la compra. La tendencia a que los edificios tengan zonas comunes como piscinas, jardines, instalaciones deportivas,… hacen que el vecindario socialice, comparta tiempo de ocio y entable amistad con personas de edad parecida y gustos similares.

Evidentemente, existen pros y contras de cada tipo de vivienda, y al final siempre acabamos inclinando la balanza a favor de la que se adapta mejor a nuestro estilo de vida. Y a ti, ¿qué te gustaría? ¿Vivir en una casa o en una comunidad de vecinos?