¿Te has parado a pensar qué es lo que solemos hacer en el momento en el que nos subimos a un ascensor?: unos tenemos una pequeña charla con el vecino que está justo al lado nuestro; otros escuchamos la música que suena dentro de la cabina; los que tienen la suerte de que les llegue internet a un sitio tan cerrado, miran sus mensajes de Whatsapp,…
Eso no ocurre si tienes la fortuna de visitar la Torre Shanghai, y subirte en su espectacular ascensor. Allí sólo podrás hacer dos cosas: relajarte para poder disfrutar de semejante experiencia, o coger la cámara y grabar la totalidad de su vertiginoso recorrido.

 

La Torre Shanghai se encuentra en China, tiene una altura 632 metros y actualmente está considerada uno de los cuatro edificios más altos del mundo, siendo Burj Khalifa de Dubai, con sus 830 metros, el más alto de ellos. Su ascensor fue galardonado oficialmente a finales del año 2016, con el título del más rápido del mundo, por el Guinness World Records.

 

Si visitas alguna vez Shanghai, no dejes de subir al mirador de la Torre. Admirarás toda la ciudad a vista de pájaro, desde su mirador situado en la planta 119, y gracias al ascensor construido por Mitsubishi Electric, podrás experimentar la sensación de desplazarte a 73,8 km/h, que es casi la misma velocidad que alcanzan montañas rusas como el Stampida de Port Aventura.

Este veloz ascensor se desplaza gracias a un operador, que controla en todo momento la velocidad de desplazamiento entre plantas, y que es el que activa el dispositivo que hace que la cabina acelere hasta alcanzar los 20,5 metros por segundo a medida que sube o baja por la parte central del edificio.

 

A pesar de que los detalles de cómo el ascensor se desplaza tan rápido no han sido revelados, la empresa declaró en su día que para llegar a alcanzar una velocidad tan elevada, se tuvo que desarrollar una nueva maquinaria con los últimos avances tecnológicos. Se aumentó el rendimiento de tracción de la máquina, y se mejoraron los dispositivos de seguridad como el regulador de velocidad, el dispositivo de freno y el amortiguador. Esto es lo que permite que que el ascensor viaje desde el sótano de segundo nivel hasta el piso 119 en tan sólo 53 segundos, y con esas velocidades, lo más complicado de conseguir por parte de los ingenieros es lograr una óptima aclimatación de los pasajeros debido al cambio de presión del aire.

Actualmente la mayoría de los ascensores más rápidos del mundo se encuentran en China, y se estima que en el año 2020, el 40 por ciento de todos los ascensores del mundo estarán construidos en este país. Ya sabes, si alguna vez vas a Shanghai, tienes una cita ineludible con una de las máquinas más avanzadas de la ingeniería mundial. ¿Vas a desaprovechar la ocasión de experimentar una sensación como ésta?