Tan solo falta una semana para que sea Navidad, y justo nos está pasando por encima la borrasca Efraín. Viento, lluvia, nieve, bajada de las temperaturas… Nada que ver con el calvario de calor pasado este último verano. Todos sabemos lo molesto que puede llegar a ser el invierno: desde hacer acopio de jerséis, hasta tener que rascar los cristales del coche un día sí y otro también. Pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en lo mucho que afecta el frío a tu ascensor? Puede parecer extraño, pero puede llegar a ser tan perjudicial para los ascensores como para los humanos. ¡O incluso más! ¿Qué debemos hacer para proteger los ascensores de los estragos de la bajada del mercurio?
No a todos los ascensores les afecta el invierno por igual. Los ascensores hidráulicos sienten la bajada de las temperaturas mucho más que los eléctricos. Una de las causas, es el aceite que acciona los pistones que hace que nos desplacemos entre las diferentes plantas. Sufren variaciones en su densidad cuando estas bajan por debajo de 15° o suben por encima de los 35°. Afortunadamente, esto no es un problema en la gran mayoría de los ascensores. Si este se encuentra dentro de un edificio, como son las comunidades de vecinos, es mucho más sencillo controlar la variación de temperatura.
Es evidente que, los ascensores instalados en el exterior, sufren mucho más la climatología al estar en la intemperie. Se enfrentan a temperaturas y condiciones meteorológicas extremas. Desde heladas bajo cero en enero, hasta los 40 grados a la sombra de pleno mes de julio. No es de extrañar que estos ascensores necesiten un mimo especial por parte de los técnicos e ingenieros.
¿Es peligroso que el aceite del grupo hidráulico baje de los 15 grados?
Para nada, pero eso sí, notaremos cambios extraños en el funcionamiento del elevador. Si los grados descienden por debajo de los 15 durante un periodo prolongado, se reduce la viscosidad del fluido hidráulico. Cuando esto ocurre, el ascensor suele moverse más despacio de lo habitual o incluso tener dificultades para llegar a nivelarse en las paradas. En este caso, debemos asegurarnos que la sala de máquinas tenga una temperatura más o menos constante. En lugares donde hace mucho frío se acostumbra a usar un tipo de calentadores, que se colocan en los depósitos de aceite, para evitar problemas.
El aceite del grupo hidráulico no es el único afectado…
Otro problema de los meses de más frío, y que también afecta a los ascensores eléctricos, es la lubricación de la maquinaria. ¿Qué ocurre con los ascensores hidráulicos? Se seca el lubricante de las guías, causando fricción entre las piezas que se encuentran en movimiento. En el caso de los ascensores eléctricos, este mismo problema aparece también en las zonas de rozamiento entre las poleas y los cables. En ambos casos, mientras estamos en la cabina, no es extraño escuchar un pequeño ruido que provenga del interior del hueco del ascensor.
Con la llegada del frío, debemos cuidar al máximo el mantenimiento de nuestros ascensores. Los que tenemos años de experiencia podemos detectar fácilmente posibles problemas antes de que empiecen. Gracias a las revisiones periódicas podemos evitar averías, reparaciones costosas y sorpresas desagradables. No dejes que el frío limite la accesibilidad de tu edificio. ¡Realiza un mantenimiento adecuado y seguirá funcionando sin problemas!
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