¿Sabías que, según el Instituto Nacional de Estadística, aproximadamente un 9% de la población española tiene algún tipo de discapacidad? ¿Sabías que estos ciudadanos se encuentran a diario con problemas de accesibilidad para poder entrar, tanto en lugares públicos, como en su propio hogar?
La nada desdeñable cifra de 4 millones de personas, sufre a diario la incertidumbre de si van a poder acceder de una forma sencilla al transporte público, a cualquier edificio o incluso a su propia comunidad de vecinos. ¿Por qué? Porque diseñamos los entornos que habitamos, en base a criterios estándar, sin preocuparnos que en nuestro alrededor, existen muchas personas que tienen necesidades especiales y que un triste tramo de escaleras, por muy pequeño que sea, para ellos es un obstáculo insalvable.
Desde que fundamos nuestra empresa en el año 1977, tuvimos claro que uno de nuestros objetivos era hacer la vida más cómoda a todos nuestros clientes y usuarios. Para ello diseñamos todo tipo de elevadores que, con un mínimo espacio, pudiesen eliminar las barreras arquitectónicas que podemos llegarnos a encontrar a diario.
Estas son las soluciones de Inelsa Zener, para hacerle la vida más fácil a todas aquellas personas que tienen movilidad reducida:
– Los Homelift o ascensores para ser instalados dentro de nuestra casa: este fantástico sistema está especialmente indicado para todas aquellas viviendas unifamiliares, donde el desplazamiento entre pisos puede llegar a ser un problema para los que las habitan. Las reducidas dimensiones de estos sistemas elevadores, donde hay espacio para una silla de ruedas y un acompañante, hacen que ocupe mucho menos espacio de lo que en principio podríamos imaginarnos. Confortables, seguros, silenciosos,… e ideales para aumentar el valor de nuestro hogar. Si quieres saber más sobre estos ascensores, pincha aquí.
– Las salvaescaleras: son elevadores, que se desplazan por las barandas de las escaleras, y que están especialmente indicadas para todas aquellas personas que necesitan hacer sus desplazamientos a través de una silla de ruedas. Su funcionamiento es muy sencillo: una plataforma elevadora donde poder acceder mediante una silla, instalada en una barandilla, para poder dar acceso a lugares tanto públicos y privados con plena seguridad. Las guías pueden ser rectas o curvas, dependiendo de nuestras necesidades: rectas si el tramo de escaleras que tenemos que subir es sólo uno y curvo si, por el contrario, nos tenemos que desplazar a través de más de un nivel, ya que llevan un sistema con el que la plataforma se puede también desplazar a través de los pequeños rellanos que hay entre los pisos.
– Las servoescaleras: son especialmente ideadas para todas aquellas personas que, sin tener una parálisis total en sus piernas, necesitan una ayuda a la hora de subir peldaños. El sistema es muy parecido al de las salvaescaleras, pero en este caso, lo que se instala en la baranda es un asiento al que poder acceder cómodamente, y con el que nos podemos desplazar entre las alturas de nuestra casa con total liberdad. Al igual que en el ejemplo anterior, también existen un par de diferentes guías, con las cuales poder subir y bajar uno o más de un piso, según sean nuestras necesidades.
– Las plataformas: se construyen casi siempre en el exterior de los edificios públicos, privados, viviendas y residencias. Se adaptan a cualquier lugar, por pequeño que sea. La instalación es sencillísima, ya que no necesitan ningún tipo de foso.
– La oruga: es un aparato, con un sistema de desplazamiento parecido al de un tractor, que se coloca debajo de la silla de ruedas. Gracias a su potente sistema de tracción motorizado, controlado electrónicamente, permite el acceso libre a lugares donde de otra manera sería muy complicado llegar. Se adapta a la mayoría de las sillas de ruedas y puede usarse tanto en interior como en exterior. Al usuario le garantiza que puede llegar a cualquier lugar con toda seguridad y confort; al acompañante le evita los esfuerzos físicos a la hora de subir los peldaños con una silla de ruedas.
La accesibilidad es un derecho que debemos tener todos, sin olvidarnos de manera muy especial, de todas aquellas personas que por circunstancias diferentes tienen algún tipo de discapacidad, que no les permiten de forma natural realizar sus desplazamientos. Es precisamente en ellos en los que pensamos a la hora de diseñar nuestros producto. Porque nadie que tenga ninguna discapacidad debería perder ni un ápice de su autonomía.