Entrar y salir de casa puede ser un gran desafío para todas aquellas personas que tienen algún tipo de problema de movilidad. Subir y bajar escaleras cuando se necesita un andador, una silla de ruedas, un scooter, un bastón o, simplemente, llevas un cochecito de bebé, es tarea casi imposible y, en ocasiones, también peligrosa. En lugar de quedarnos dentro de nuestro hogar para evitar la molestia de salir a la calle, la instalación de una plataforma vertical puede llegar a ser una solución excelente.
En la actualidad existen diferentes soluciones para hacer que un edificio sea accesible para todos, pero hoy queremos centrarnos en los elevadores verticales: una cómoda manera de tener acceso al rellano superior, cuando en este se encuentra el ascensor, sin tener que realizar obras costosas. Este tipo de máquinas permiten salvar aquellos pequeños tramos de escaleras, que habitualmente se encuentran a la entrada de las comunidades de vecinos, desplazándose hasta a una distancia de tres metros del suelo (suficiente como para poder superar un piso de altura). El funcionamiento de este tipo de elevadores es muy sencillo: consta de una plataforma con suficiente espacio para poder entrar y maniobrar con una silla de ruedas, y una sencilla botonera que hace que el ascensor llegue hasta el nivel superior o inferior sin dificultad.
Estas plataformas no necesitan un espacio cerrado, ni un cuarto de máquinas, ni mucho menos un foso, por lo que se pueden colocar en cualquier lugar donde se necesiten, adaptándose al espacio y reduciendo considerablemente las obras necesarias para su instalación. A eso le tenemos que añadir que disponen de una cabina a media altura, lo que hace que la sensación de claustrofobia, al contrario de lo que ocurre con los ascensores convencionales, se vea minimizada con este sistema. Por lo que se refiere a su disposición, al no estar integrado dentro de la escalera, no molesta al subir o bajar de ella. Otra de las características es que se pueden colocar indistintamente tanto en el interior como en el exterior. Para este último caso, tan solo se deben construir con materiales que no se estropeen si están a merced de las inclemencias de la climatología.
Por lo que se refiere a la seguridad, cuentan con unos sensores que se colocan en la parte inferior de la plataforma, de forma y manera que se detenga el habitáculo si hay un objeto en el recorrido. Los cortes de luz tampoco son un problema, ya que este tipo de elevadores verticales tienen una batería que dota de energía al aparato, para que este llegue sin dificultad a su destino.
Los beneficios de los elevadores verticales son muchos: algunos como la comodidad y el poco espacio que necesitan, ya los hemos comentado con anterioridad, pero no debemos olvidarnos que brindan la posibilidad de entrar y salir a la calle con mucha más facilidad. Gracias a ellos, disminuyen las posibilidades de caídas o resbalones, y lo que es más importante: se puede mover todo el mundo de manera más independiente, autónoma y segura.
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