Un incendio siempre da miedo. De hecho, el hecho de pensar en fuego y en nuestro hogar es algo que angustia muchísimo. Incluso las personas más tranquilas pueden volverse completamente locas en una circunstancia como esa: ¡y no es para menos! En estos casos, lo mejor es mantener, en la medida de lo posible, la calma, ya que el pánico lo único que hace es empeorarlo todo. ¿Cómo debemos actuar? Aunque fuese a grandes pinceladas, debería ser obligatorio que toda la población supiese qué hacer en un caso de emergencia como este.

 

 

Es muy tentador usar el ascensor para salir rápidamente de una situación de peligro, pero en los incendios está totalmente prohibido, incluso si nos encontramos en la parte más alta del edificio. Sabemos que es complicado pero, en el caso que suceda una desgracia como esta, lo mejor es tranquilizarnos. Debemos hacer todo lo posible para mantenernos a salvo. Lo ideal sería poder acceder a la calle, bajando por las escaleras, de forma ordenada. Pero eso no siempre es posible. Si no podemos hacerlo, debido a que están impracticables por culpa del humo y el fuego, debemos esperar pacientemente a los bomberos. Para ello nos meteremos en una habitación que no haya estado afectada por el incendio, con las ventanas cerradas, y tapando las rendijas de la puerta con toallas o prendas mojadas. Y jamás… ¡jamas! debemos usar el ascensor.

¿Cuál es el motivo para que no podamos usar el ascensor en un incendio?

Aunque solo sea por sentido común, hay muchas razones para mantenerse alejado de un ascensor durante un siniestro así:

 

 

Un incendio puede llegar a dejar sin suministro eléctrico un edificio, bien porque las llamas hayan llegado a la fuente de alimentación dejándola inservible, o porque los bomberos hayan desconectado el flujo eléctrico para evitar males mayores. En la gran mayoría de las ocasiones, el cortocircuito ocurre justo en el piso donde se encuentra el fuego, deteniéndose en él. Si esto ocurre, la cabina es uno de los peores lugares donde poder refugiarnos.

– En estos casos, el hueco del ascensor actúa como chimenea del edificio. Este efecto viene dado por la combustión de los gases que, al ser más calientes que la temperatura ambiente, tienen tendencia a subir, ocupando con rapidez los pisos superiores y la cabina. Al no ser esta un lugar hermético, tanto los gases, como el humo, las altísimas temperaturas y, en ocasiones, el fuego, acabarían apoderándose de su interior. Si unimos esta situación al corte de suministro eléctrico, el ascensor se acaba convirtiendo en una trampa mortal, donde lo último que querríamos es quedarnos atrapados.

– Incluso en bloques con pocas plantas, el ascensor debe dejarse libre para que puedan hacer uso de él, si fuese necesario, los bomberos. Dejemos en manos de profesionales el manejo de todos los medios que estén a su alcance para poder sofocar una catástrofe de estas.

Debemos recordar siempre que, para preservar la integridad física de los ocupantes de un edificio incendiado, la normativa prohíbe terminantemente el uso del ascensor. Deberíamos siempre inhabilitar los elevadores durante este tipo de siniestros, para que no ocurran desgracias personales que se hubiesen podido evitar.