Imagina que eres el responsable de un hospital que se está construyendo en una gran ciudad. Uno de los aspectos más importantes que deberías tener en cuenta sería el de eliminar cualquier tipo de barrera arquitectónica, ya que en un centro hospitalario, eso es algo de vital importancia. Y es que no nos imaginamos un lugar donde sea más necesario un ascensor, un salvaescaleras, una rampa, o una rampa móvil como en este tipo de edificios. Los ascensores nos ayudan en nuestra vida diaria, mucho más de lo que llegamos a ser conscientes, pero en lugares como en hospitales, donde son usados a diario por centenares de personal sanitario, enfermos y familiares, el disponer de un artilugio que te desplace a través de las plantas es sumamente importante.
¿Sabes en qué año se construyó el primer ascensor en un hospital? Pues ni más ni menos fue en el año 1929. Hasta la fecha los enfermos subían y bajaban los pisos de los centros hospitalarios con ayuda de sillas y camas rudimentarias, que eran transportadas por enfermeros. No fue hasta ese año, que en la ciudad de Valparaíso en Chile, aprovechando que se debían erigir dieciséis ascensores para salvar la cantidad de desniveles que tiene el municipio, pusieron uno en el hospital Carlos Van Büren. La verdad sea dicha, el ascensor no tenía el aspecto de los que vemos en nuestras casas, ya que era mucho más parecido a un funicular, pero realizaba su función a las mil maravillas. Con el fin de evitar el abandono de las instalaciones, declararon tanto este ascensor como el resto de los que se encuentran en la ciudad, Monumento Histórico Nacional de Chile.
¡Qué diferentes son los ascensores de hospitales, clínicas y centros de salud, de los que nos podemos encontrar en nuestra comunidad de vecinos o en nuestro trabajo! Tan solo metiéndonos en uno de ellos podemos apreciar una de las diferencias más visibles: las dimensiones. Este tipo de elevadores tienen que estar preparados para trasladar a cientos de personas al cabo del día: ¡y no todas van andando! Algunas necesitan ser transportadas sobre una cama, o en silla de ruedas, por lo que no deben tener ningún problema de espacio, así que habitualmente, llegan a los dos metros y medio de profundidad, por un metro y medio de anchura.
Pero la diferencia no radica solamente en el espacio interior: la velocidad de desplazamiento y la de la apertura de plantas son también de vital importancia, ya que deben ser el vínculo que une a las diferentes plantas del edificio con el sótano: lugar donde acostumbran a estar los quirófanos y las salas con los aparatos de diagnóstico, así que como te puedes imaginar, la puntualidad debe ser británica. En los grandes hospitales acostumbran a tener algún ascensor destinado únicamente a ser usado por el personal sanitario, equipado en muchas ocasiones, con equipo médico para cualquier contratiempo que se pueda tener.
Debido a la gran afluencia de personas en este tipo de edificos, especialmente en hora punta, los ascensores pasan revisiones más minuciosas para evitar en la medida de lo posible las averías inesperadas. El diseño austero y robusto, principalmente a prueba de camas, camillas, carros de comida, familiares,…, la comodidad sobre todo en la arrancada y la parada, y el conseguir un bajo consumo en la instalación, son muy importantes en este tipo de elevadores.
A partir de ahora, cuando visites a algún enfermo, o seas tú el que tiene que estar en un centro hospitalario… ¿te volverá a pasar desapercibido el ascensor?