En alguna ocasión, ya hemos explicado en nuestro blog que España es el país que cuenta con el mayor número de ascensores por habitante. A pesar de eso, aún hoy en día son muchas las comunidades de vecinos que nos podemos encontrar que carecen de él. Generalmente, la gran mayoría son bloques construidos durante la década de los 70 y en los años anteriores. Por aquella época el uso del elevador no estaba generalizado. En ocasiones, se consideraba que encarecían la vivienda. En otras, su instalación no se encontró necesaria por parte de los arquitectos. Actualmente, esto puede suponer un problema, ya que puede parecer complicado instalar un ascensor en un edificio sin espacio para ello. Pero solo lo parece, porque a continuación vas a ver como no lo es.
Frecuentemente, la aparente escasez de sitio en los rellanos hace que muchos propietarios ni se planteen ubicar un ascensor. La mayoría de ellos desconocen que los elevadores se pueden poner en otros muchos lugares que, a priori, ni se nos habrían ocurrido. Pero… ¿sabemos cuáles son las opciones disponibles para hacer este tipo de emplazamientos?
¿Dónde colocar un ascensor en un edificio sin espacio?
La primera de ellas, y posiblemente la que todos tenemos más presente, es el hueco de la escalera. Algunas veces, tenemos la gran suerte de no necesitar hacer ningún tipo de modificación. Todos tenemos presentes aquellas escaleras antiguas, donde era bastante común dejar un hueco importante en la zona central. Es precisamente allí, donde podemos colocar el ascensor sin la necesidad de hacer mucha reforma. Tenemos algunos casos en los que el espacio no es suficiente, pero las escaleras son bastante anchas. En ese caso, lo que se hace es acortarlas por uno de sus extremos, generalmente la zona central, dejando una amplitud adecuada para su instalación.
Otro de los lugares más comunes en los que se puede construir un elevador es en el patio de luces. En la actualidad, no es costumbre dejar esa zona central en los edificios, pero antiguamente la tenían todos los bloques. Para ello, se coloca la estructura en una de sus paredes laterales, habitualmente en la que se encuentra pegada a los rellanos. El acceso lo damos desde el patio de la entrada, hacia cada una de las plantas de la comunidad de vecinos. La modificación más visible que se tiene que hacer en estos casos es agujerear la pared del rellano. Allí se instala la puerta que da acceso a la cabina.
Cuando no hay espacio ni en el tramo de escaleras ni en el patio de luces, el ascensor se coloca en la fachada exterior. En este caso, su construcción se realiza en la calle. Aunque no es el lugar más común para hacerlo, cada vez es más habitual ver este tipo de instalaciones en nuestras ciudades. El caso es bastante parecido al que hemos comentado en el anterior punto, pero en vez de utilizar la pared de un patio interior, se aprovecha la fachada del inmueble para su emplazamiento. A nivel burocrático es un poco más tedioso que los casos precedentes. La modificación del aspecto exterior del edificio hace que se necesiten más permisos y estudios por parte de las autoridades locales.
Y para finalizar…
Por último, la que queremos evitar, pero en algunas ocasiones el ascensor debe construirse utilizando parte de la superficie de las propias viviendas de los propietarios. En estos casos, como cuando tenemos que hacer la instalación en la fachada, las obras suelen ser más costosas y más extensas. Debemos tener en cuenta que para hacer algo así tenemos que rediseñar, sí o sí, parte del edificio.
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