Hay ciertas profesiones que podrían ser desarrolladas por cualquier persona que se lo propusiera, mientras que algunas otras, debes estar hecho de una pasta especial para llevarlas a cabo. Aunque pensemos que un técnico de ascensores desempeña una profesión como otra cualquiera, nada más lejos de la realidad. Ser técnico de ascensores no es un trabajo fácil y ya adelantamos, a estas alturas del artículo, que no todo el mundo sirve para ello.

Párate a pensar por un momento en una de estas grandes urbes que tenemos todos en mente… Barcelona, Madrid, Benidorm, Nueva York, Londres, … ¿Imaginas que se estropee allí un ascensor? O lo que es peor, ¿qué ocurriría en caso de una catástrofe meteorológica que desembocase en un apagón? Los ascensores juegan un papel muy importante en la humanidad, ya que nos facilitan la vida y tienen una función fundamental en nuestras ciudades: conseguir la movilidad de los usuarios, el buen funcionamiento de nuestros lugares de trabajo y de nuestras comunidades de vecinos. No debemos olvidar que, cuando el ascensor de un edificio se estropea, la vida de los que lo usan se detiene con él.

Es por ese motivo que tener un técnico de ascensores suficientemente cualificado, es tan o más importante como saber elegir el mejor ascensor para el edificio donde este se tiene que instalar. Gracias al gran trabajo de un buen profesional prevendremos averías que se podrían evitar.

 

 

Los instaladores y técnicos de ascensores tienen un trabajo físicamente exigente:

– Trabajan en espacios reducidos, en fosos, en cuartos de máquinas o en la zona de la huida del ascensor.

– Se exponen a grandes alturas en los huecos de los ascensores, por lo que no es una profesión apta para personas que sufran de vértigo.

– En ocasiones trabajan en lugares en los que hay una temperatura alta en verano y muy baja en invierno.

– Si el ascensor está averiado, siempre tienen que subir a pie, cargados con el equipo, hasta el lugar donde se encuentran la cabina y el cuarto de máquinas.

Evidentemente, es de obligado cumplimiento que un técnico de ascensores utilice en todo momento su equipo de protección: arnés, casco, gafas y guantes. Gracias a ellos evitaremos caídas, quemaduras por culpa de descargas eléctricas y distensiones musculares por culpa de transportar y levantar el equipo.

¡Pero no todo es cuestión de buena forma física! Las personas que trabajan en esta profesión deben tener un gran poder organizativo, deben ser ordenados y jamás les debería faltar la curiosidad de aprender cosas nuevas. Si hay un sector en el que la innovación está a la orden del día, es precisamente el nuestro. También deben tener la capacidad de analizar aquello que están viendo, diagnosticar el problema y darle la solución necesaria en el mínimo espacio de tiempo.

 

 

Laboralmente hablando, la demanda de los técnicos de ascensor está estrechamente ligada a la construcción: oficinas, centros comerciales, hoteles, hospitales o comunidades de vecinos. Mantener, actualizar y reparar tanto los edificios nuevos como los equipos antiguos, y la instalación de nuevos ascensores en bloques no accesibles, hacen de esta profesión una buena salida laboral. Los ascensores y salvaescaleras deben funcionar durante todo el año, por lo que la falta de trabajo en este colectivo se ve poco afectado por la recesión o la estacionalidad de los empleos.

En Inelsa Zener somos conscientes que, las revisiones periódicas son de vital importancia. Por ello tenemos a los mejores profesionales de nuestro sector, con los que garantizamos la reducción de accidentes y averías. Los mantenimientos se realizan en los periodos que marca la ley, independientemente de en qué estado se encuentre el ascensor que tenemos que inspeccionar.

Desde Inelsa Zener queremos agradecer a este colectivo de profesionales su gran labor y dedicación, haciendo que tengamos todos una vida más descansada y segura.