Cerremos los ojos y pensemos por un momento en todos aquellos lugares donde estamos al cabo del día: nuestra casa, la oficina, la panadería de la esquina, el supermercado de nuestro barrio, el coche, el autobús urbano,… Pienses en el sitio que pienses, seguro que no se te ocurre ningún otro espacio tan limitado como el interior de la cabina del ascensor.
Por fortuna para todos aquellos que se sienten incómodos al compartir un lugar tan reducido con desconocidos, la entrada del Covid-19 a nuestras vidas ha hecho cambiar nuestros hábitos a la hora de relacionarnos los unos con los otros. Atrás ha quedado viajar más de una persona en el ascensor de nuestra comunidad de vecinos, a no ser que subas y bajes con personas con las que convives. De todas formas, si crees que por el hecho de usar el elevador solo, te exime de seguir unas reglas de comportamiento «post pandemia», nada más lejos de la realidad.
¿Cómo usar el ascensor en una comunidad de vecinos?
Pese a que el estado de alarma no está actualmente vigente en España, se espera que podamos volver a tener un rebrote en cualquier momento. Para evitarlo, debemos extremar las medidas de seguridad en lugares cerrados. Al compartir ascensor, la persona que está infectada, ya sea sintomática o asintomática, puede llegar a infectar a los otros vecinos si no se mantiene la distancia de seguridad o si estamos en contacto con una superficie que haya estado previamente contaminada. En los ascensores de los bloques de pisos, donde es imposible mantener estas distancias, la única solución es usarlos individualmente, y ante la imposibilidad de desinfectar después de cada uso, se hace necesario tomar medidas preventivas como el uso de mascarilla o la limpieza exhaustiva de manos cada vez que salgamos de él. Aprovechemos para hacer un poco de deporte, subiendo el tramo de escaleras que lleva a nuestra vivienda, o subamos al ascensor solos: por fin tenemos excusa para librarnos del vecino al que le queremos dar esquinazo.
¿Qué debemos hacer en un ascensor público?
Aquí el tema es un poco más complicado ya que, por cuestiones obvias, el viajar solos es un poco más difícil a pesar de que la afluencia de público en este tipo de edificios haya disminuido. Por suerte, las dimensiones de la cabina en un centro comercial o un edificio de oficinas son bastante más espaciosas que en un ascensor convencional, por lo que debemos seguir las siguientes directrices:
– Si estás esperando el ascensor debes tener en cuenta su capacidad. Habitualmente en este tipo de lugares hay espacio suficiente entre los pasajeros para poder colocarse en las esquinas de la cabina a una distancia de 2 metros el uno del otro. Si al abrirse las puertas ves que las cuatro esquinas están llenas, nos deberemos quedar en el rellano por un tema de seguridad y educación. No es momento de incomodar a nadie, y mucho menos el de viajar apretados como lata de sardinas.
– Se abren las puertas y resulta que hay espacio suficiente para poder entrar: ¡eureka! Siempre evitaremos colocarnos en la esquina donde se encuentra la botonera. Si el único lugar que está libre es precisamente ese, pulsaremos nosotros mismos evitando en la medida de lo posible tocar los botones, para que el resto de los pasajeros que vayan entrando dentro de la cabina no se acerquen a la zona en la que nos encontramos.
– Los ascensores nunca han sido lugares donde charlar. Especialmente en estos momentos, y a pesar de ser obligatorio llevar mascarilla (siempre colocada tapando nariz, boca y barbilla), por un tema de seguridad deberíamos mantenernos en silencio: nada de atender una llamada o explicarle a tu acompañante dónde has estado el sábado por la tarde. Un buenos días y un adiós son más que suficientes.
– Sobre todo, cada vez que salgamos de un ascensor, debemos lavarnos inexcusablemente las manos con agua y jabón, o usando un gel hidroalcohólico si no nos es posible acceder a un baño.
Y para terminar, solo recordar que debemos tener paciencia. Solo con paciencia y siguiendo todos las medidas de seguridad lograremos volver a la plena normalidad mucho más rápido.