¿Has oído hablar alguna vez de La Presa de las Tres Gargantas? ¿Sabes que es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo, y que su interior alberga un ascensor capaz de transportar barcos de un nivel a otro de dicha presa?
Como no podía ser de otra manera, semejante estructura colosal se encuentra en China, levantándose a orillas de la ciudad de Yichang, en el centro del país. Esta construcción faraónica supone la culminación a más de 23 años de trabajo. El lugar escogido para su ubicación es un estrechamiento natural del río Yangtsé, que está situado entre tres gargantas que son las que dan nombre a la presa. Su dique mide más de dos kilómetros de longitud, y cerca de 200 metros de altura, y se diseñó inicialmente para evitar la crecida del río, mejorando el control de su cauce, que sufría inundaciones masivas de sus orillas cada diez años. Según las autoridades chinas, en el Siglo XX llegaron a perecer unas 300.000 personas por culpa de este fenómeno natural.
Su construcción finalizó en el año 2016 no sin protestas por parte de los ecologistas, que vieron como especies endémicas del Yangtse, como el delfín chino, acababan extinguiéndose. Eso sin contar con el más de un millón de personas, que tuvieron que dejar sus hogares porque vivían en la zona inundable, o la pérdida de patrimonio y hectáreas de bosque que jamás van a poderse recuperar. Incluso se afirma que su construcción llegó a desplazar dos centímetros el eje de rotación de La Tierra.
Dejando todos estos datos a un lado, lo que realmente nos asombra es la manera como han solucionado la navegabilidad del río. Uno de los problemas que se encontraron cuando finalizaron las obras, es que los barcos debían navegar durante 4 horas, atravesando un sistema de esclusas para poder llegar a su destino. Ingenieros chinos y alemanes consiguieron idear un ascensor que pudiese transportar embarcaciones de un nivel a otro de la presa, reduciendo ese tiempo a tan solo 40 minutos, y…. ¡lo consiguieron! Este ascensor, con una plataforma de 120 metros de largo por 18 metros de ancho y una base inundada de 3,5 metros, permite mover barcos de tamaño pequeño y mediano, salvando una distancia vertical de 113 metros. Su capacidad de carga es de 3.000 toneladas, y utiliza un sistema tan antiguo como el Principio de Arquímedes para su funcionamiento.
Los ingenieros que construyeron el elevador, aseguran que esta estructura solo ha comportado beneficios para la zona:
– Disminución del gasto en energía.
– Menores emisiones de CO2 a la atmósfera que utilizando cualquier otra técnica para el desplazamiento de la embarcaciones.
– Aumento del tráfico de mercancías y personas.
– Aumento del desarrollo económico de la zona interior del país.
En definitiva, una titánica construcción, como todas las que hacen en China, que ha dado pie al levantamiento del mayor centro logístico del mundo, logrando el mayor crecimiento del PIB del país. ¡Y parte de todo esto lo ha conseguido un ascensor! ¿No te gustaría visitarlo?